La política. ¿Hay algún matiz ideológico insuperable que impida no ya la coexistencia de Populares y Ciudadanos, sino su propio hermanamiento, como el que lleva más de medio siglo uniendo al centro derecha alemán representado por la CSU bávara y la CDU del resto del país?
Hoy, martes, se reúnen los dirigentes de los dos partidos españoles. Uno dice que va con un cuaderno en blanco para tomar las notas que el otro emita. Malos síntomas para esperar algo de lo que se espera.
¿Dónde está la política que debería allanar los obstáculos para que las instituciones funcionen como es debido?
Política es, sin duda, la calma con que el ganador de las elecciones se ha tomado los trámites para lograr los apoyos suficientes para gobernar. Parece obvio que sin digerir sus fracasos en las urnas poco cabía esperar de cualquier negociación con Sánchez o Rivera. Pero han pasado tres semanas y en ninguno de ambos casos se han notado síntomas de madurez. Tampoco de empuje en el caso de Rajoy.
Resulta inaudito que el Comité socialista reunido el pasado fin de semana se haya limitado a pasar hoja sin arrancarle de las manos a su Secretario General el gobernalle de la nave que lleva años a la deriva; a merced de las iniciativas que los podemitas toman sin día de descanso.
Ayer fue la tentación de un gobierno social-comunista, hoy una mesa del Congreso beligerante, mañana cualquier otra muestra del egocentrismo –“exagerada exaltación de la propia personalidad, hasta considerarla como centro de la atención y actividad generales”, DRAE- del tipo de la coleta que se considera “víctima de nuestra propia lucidez”. Toma ya.
Y qué decir del joven que veta y no veta según soplen los vientos demoscópicos pero que ahí sigue frente a la opinión del núcleo de fundadores de su partido y al frente de un grupo parlamentario suficiente para armar una mayoría suficiente para gobernar el país.
Los españoles merecemos algunas explicaciones, muchas. Y de todos. Los calores del verano no sirven de excusa porque tampoco nos las dieron en el frío invierno pasado.
Aunque bien mirado, llevamos más de medio año sin gobierno ni oposición parlamentaria y no nos ha ido tan mal.
Expléndido
Corrijo: espléndido