Estamos recién empezando, pero visto lo visto aquí y allá los debutantes en este baile de sillas deberían marchar a sus casas por pura vergüenza torera. No lo harán porque no tienen vergüenza.
Leído el compromiso que el ciudadano Rivera ha allanado el camino de la futura presidenta de la Junta andaluza no he podido menos que recordar aquello que Muñoz Seca puso en boca de los infanzones asturianos de “La Venganza de don Mendo”:
“Para lavar el baldón,
la mancha que nos agravia
Conde Nuño, henos de Pravia”.
Eso, una buena pastilla de jabón de olor, es lo que se han cruzado los de Sánchez y Rivera para facilitar el alumbramiento de la futura presidenta, y mamá, andaluza. Porque las llamadas medidas económicas, de regeneración democrática y de cohesión social son como la primera carta que el niño escribe a los reyes magos de oriente.
No deja de tener interés tratar de averiguar por dónde sale C’s. No hablemos ya de ideologías, cosa a estas alturas harto difusa, simplemente fijémonos en el talante que se adivina detrás de tanta ley, incluso leyes para simplificar leyes, tanto plan, tanta estrategia, tanta alianza… hasta un banquito, la Entidad Pública de Crédito de Andalucía, pide Rivera; setenta enunciados de cuatro líneas para hacer que hacen lo que hacen, unos y otros, como si compartieran programa y objetivos comunes.
Mañana, cuando presenten un papel semejante a los populares de Madrid, ocurrirá tres cuartos de lo mismo. Conclusión, Rivera habrá conseguido de socialistas y populares lo que pocos saben explicar. ¿Por qué tal sumisión a una pura imagen? Porque esto no va de programas
El espectáculo que socialistas y bolivarianos están dando en Valencia, un ejemplo más, roza lo escatológico. Sin miramiento alguno, la pelea del socialista Ximo Puig, eterno perdedor, y la nacionalista de izquierda Mónica Oltra por la presidencia de la Comunidad ha echado por tierra el acuerdo que ya tenían ambos partidos para desalojar de la alcaldía a la popular Rita Barberá.
Lo que no terminan de entender los analistas alemanes, los británicos tampoco, es por qué tal despelote cuando los populares sacaron en aquella comunidad a los socialistas cien mil votos, y trescientos cincuenta mil a los de Compromís; y en el ayuntamiento de la capital, proporciones similares. ¿Es que los socialistas son nacionalistas, o viceversa? se preguntan.
No; esto no va de pensamiento ni de programa, esto va de cambo de cromos. Ximo lo ha dejado claro como el cristal: ¿por qué mis votos valen para que tu candidato, Ribó, sea alcalde y tú no me das los tuyos para que yo sea presidente?
Así son las cosas cuando no hay vergüenza.
Este es el verdadero problema de la situación. Hay una dejación absoluta de la cosa pública, por parte de aquéllos que podrían realmente aportar algo de cordura, sensatez, seriedad y responsabilidad a la misma. Esa falta de compromiso de los verdaderamente preparados y adecuados para con el Estado, provoca la aparición de gente surgida de entre grupos de interés, para ocupar ese espacio público. Estos advenedizos poco preparados, no me refiero a la cuestión académica, sino a la meramente intelectual, pretenden hacer de salvapatrias, jugando a ser hombres de Estado, y arreglar la situación. Son pan para hoy y hambre para mañana, valga la vulgaridad. La sociedad española, como tantas otras europeas, no está preparada para asumir las riendas de sus propio destino, la vulgaridad, la simpleza, la demagogia, el populismo y la falta de sensatez, son los ejes de su política. Falta sacrificio, dignidad, compromiso, iniciativa individual y espíritu crítico. Muchos de ellos no son libres, porque no lo quieren ser, desean ser tutelados, protegidos y subvencionados el resto de sus vidas…tristes.