Se consumó el expolio; ENEL, la Empresa Nacional de Electricidad italiana, más del 31% propiedad del Gobierno de aquel país, se queda gratis con los activos americanos de Endesa y a más a más, que dicen en los catalanes, vacía su caja. Así termina la historia de los campeones mundiales que quiso montar Rodríguez Zapatero, aquel ya olvidado presidente del último gobierno socialista que dejó este país hecho unos zorros y a Borja Prado al frente de Endesa.
Algún medio titula hoy que la Junta de Accionistas de Endesa registró un quórum histórico; ¿cómo no si los grandes beneficiarios tienen ellos solitos más del 92% de las acciones?
Para empezar la sesión, los dueños acordaron traspasar a ENEL la filial de Endesa que controlaba hasta hoy sus activos en Latinoamérica. Precio: 8.252,9 millones de euros, que los italianos recuperan este mismo mes según lo acordado a continuación: el pago de un dividendo a los accionistas por el mismo importe, 8.252,9 millones.
Ahí no acaba todo, pues la Junta sigue aprobando repartir otro dividendo extraordinario por importe éste de 6.352,5 millones de euros, cifra que multiplica por tres la plusvalía que la peculiar venta de Enersis generó para Endesa. También a cobrar este fin de mes.
Pero hay más: como la vaca aún tiene leche, los señores accionistas siguieron aprobando repartir otro dividendo, este llamado ordinario, por importe de 804 millones más. En total, más de 15.000 millones de euros en metálico, que aquí no hay scrip dividens. 14,65 euros contantes y sonantes por acción, lo nunca visto. Para los italianos, más de 14.100 millones por su noventa y dos y pico por ciento.
Y para que no decaiga, la compañía pone de relieve que pretende reforzarse en el mercado ibérico… Para ello anuncian aumentar la rentabilidad para el accionista por encima del 5% anual. Nada menos. Pero, por si acaso, ellos comienzan su retirada estudiando hacer una oferta pública de venta de una cuarta parte de sus acciones.
Sus mandamases tan campantes, comenzando por su presidente Borja Prado Eulate, que también lo es del italiano Mediobanca y consejero de Mediaset, también italianos, los de Tele cinco.
En fin, lo sucedido poco tiene que ver con la globalización de la economía, que nunca se me ocurrirá poner en solfa; sólo es un exponente de las consecuencias que puede acarrear la conjunción de la imbecilidad de unos y la capacidad depredadora de otros.