Como bandera difícilmente podría haber escogido una mejor si de lo que trata es de restaurar el averiado socialismo español de nuestros días. Si la socialdemocracia no fuera parte esencial del sistema, el dirigente que se estrena podría haber zurcido cualquier simpleza, como las que se estilan por las márgenes izquierda y derecha de la política actual. Pero no; Pedro Sánchez ha enarbolado el pendón que quizá necesitan ver, más allá del campo andaluz, los votantes urbanos progresistas, marchitados tras sufrir los efectos del secarral de ideas que las ocurrencias del último decenio no lograron aliviar.
Cierto es que luego llega el día a día y nada parece ya tan claro. Ayer, sin ir más lejos, echó mano del twit para comunicar su ¿primera decisión?: “Confirmo que los 14 eurodiputados del PSOE votarán no a Juncker. No apoyaremos al padre de las políticas austericidas”.
El Tratado de la Unión Europea establece que el presidente de la Comisión deberá ser elegido por el Consejo Europeo “teniendo en cuenta los resultados de las elecciones europeas” y deberá recibir el apoyo de una mayoría de diputados del Parlamento Europeo.
Votar no en la ratificación de lo que en la reunión de la Comisión del pasado 27 de junio concertaron 26 de los 28 Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión, socialistas (PSE), liberales (ALDE) y populares (PPE), que Juncker fuera presidente de la Comisión, son ganas de hacer el Jaimito dado que el acuerdo de conservadores, socialistas y liberales le garantiza los 376 votos necesarios para ser elegido.
Extraño estreno el de los socialistas españoles cuando los altos cargos europeos son fruto de un juego de equilibrios por el que, por ejemplo, hace quince días el socialista Martin Schulz obtuvo más de 400 votos para presidir el Parlamento. No parece que en este escenario tenga demasiado sentido votar con los antisistema, como los de Iglesias hicieron en la elección del socialista.
Y más allá de todo ello, ¿qué es eso de austericidio? “Ni demagogia ni populismo”. Pronto ha comenzado a arriarse la bandera. Lástima.