Bien están los relevos generacionales; imperio de la naturaleza. El producido en la Corona ha servido para despejar incertidumbres y volver a encajar algunas piezas semiperdidas. Ojala el que se aprestan a realizar los socialistas acabe con bien; a todos no interesa. De momento no son tranquilizadoras las señales que emiten tanto los que quieren mandar como los que hasta ahora mandaban. Y es que las simplezas, el buenismo y demás sinsentidos del zapaterismo han calado demasiado hondo en el partido.
Anda ahora el PSOE dándole vueltas al asunto del aforamiento del Rey Juan Carlos como si tuviera mala conciencia de haber apoyado la pasada semana su abdicación y aplaudido al sucesor. En ello están también los dos aspirantes que más posibilidades tienen de dirigirlo. Quizá piensen, y acierten, que su clientela, los militantes que han de votarles, no está por la labor de concederle al Rey cesante la seguridad de que no será objeto de picapleitos sin vergüenza.
Pero ¿cuál es la función del dirigente de un partido, seguir el dictado de las encuestas o contribuir a la formación de la opinión pública en la parcela que le corresponda? El tema no es menor. Parece que los jóvenes socialistas que se aprestan al relevo están en seguir la corriente. Grave.
Por esa vía quedarán a merced de los coletudos de turno o sometidos al vaivén de los humores de cada día, que es la mejor forma de llegar a ninguna parte. Y cuestiones de mayor calado como la lealtad constitucional, el patriotismo o los intereses generales quedarán como letra muerta en las memorias de sus mayores.
A propósito de los remilgos socialistas ante la ley que confía al Tribunal Supremo cualquier demanda que pueda recaer sobre don Juan Carlos, ha tenido que volver a salir a la palestra Felipe González, para recordarles de dónde vienen: “Quiero hacer un razonamiento histórico que se está perdiendo de vista, y me da pena que el PSOE lo pierda de vista. Si hablamos de nuestros 130 años de historia, la primera vez que tenemos una jefatura de Estado, encarnada por un rey que ha sido no solo neutral desde el punto de vista de las alternancias, sino absolutamente respetuoso con la democracia y que ha ayudado a la democracia, nosotros deberíamos tener menos dudas que nunca. Y ahora parece que hay más dudas que nunca”.
El rejuvenecimiento de las estructuras tiene a veces costes indeseados. ¿Serán atendidas las razones del socialista que más años ha gobernado en la Historia de España, el mismo que hace casi un cuarto de siglo refundó el partido? Más que razones se trata de puro sentido común, porque dice González que el Rey, como todo el mundo, debe estar sometido a la justicia. Pero ante el T. Supremo, “la máxima garantía de la aplicación de la ley, y el menor riesgo de estar recorriendo el territorio con demandas o querellas oportunistas” Y ponerlo en práctica le parece urgente, “que se haga cuanto antes, entre otras cosas para evitar lo que puede ser un disparate que en ningún país serio se produce”.
Así habla un español responsable y sin tantos complejos como los que lastran la vida política actual.