Ver para creer. Cuando la izquierda pierde el referente de las libertades se queda en pura caricatura. Que un pequeño grupo de eurodiputados, entre ellos tres socialistas y un comunista españoles, denuncien la existencia de un lobby en la cámara europea contra la dictadura de Maduro no es lo mejor que le podría pasar a la campaña de la señora Valenciano.
La diputada venezolana María Corina Machado habla en el parlamento de Bruselas sobre lo que está sucediendo en su país, se entrevista con grupos parlamentarios, pide que vayan a estudiar la situación in situ -atropellos de derechos, violencia en las calles, escasez de alimentos y demás- y se topa con tres socialistas hispanos acusándola de golpista.
Menos mal que en noviembre de 1989 no estaban en el parlamento europeo. Se habrían rasgado las vestiduras ante el derribo del “muro de protección antifascista”, que es como sus constructores llamaban al muro de Berlín; o habrían denunciado las maniobras del papa Wojtila y del sindicalista Walesa para que el general Jaruzelsky abriera la dictadura comunista a las primeras elecciones democráticas en Polonia.
Conocí al general polaco en un foro organizado por la Fundación Gorbachov precisamente sobre esas cuestiones. Jaruzelsky consideraba la caída de las dictaduras centroeuropeas como un paso natural en la evolución de los tiempos. Se opuso a ella en un primer momento, año 81 del pasado siglo, decretando una ley marcial a cuyo socaire fueron asesinados trescientos polacos y más de diez mil, encarcelados. Pero se ufanaba que con ello evitó la invasión de las tropas soviéticas, como años antes habían hecho en la Checoslovaquia de Dubcheck. El siguiente embate, no pudo resistirlo y negoció su salida del poder. Gracias a ello pudo pasear por el mundo.
Para Walesa, presente en el mismo foro, la cuestión era un imperativo moral. Para él la libertad no admite matices; se tiene o no se tiene. Y a eso dedicó su vida desde el sindicato Solidaridad. ¿Se imaginan a estos progres de salón denunciando entonces a Wojtila, Walesa y al mismísimo Gorby de hacer lobby por la democracia? ¿Dónde estaríamos ahora?
He conocido personalmente a Machado. En su lucha por las libertades en Venezuela ha de convencer al mundo libre de que deje de mirar para otro lado. Señores Garcés y Perelló, señora García Hierro, euro parlamentarios socialistas por poco tiempo, considérenme ahí, en el lobby de Corina. Como Kennedy dijo precisamente ante el Muro, yo también soy berlinés.