Será casualidad, pero anunciar Rubalcaba que el PSOE ha vuelto y comenzar a aparecerse Zapatero por aquí y por allá ha sido todo uno. El anuncio de unas memorias, largas entrevistas periodísticas, palabras en la conferencia política del partido que dejó hecho unos zorros, la asistencia al congreso de Susana Díaz… Insólito presidente que después de pasar por el Gobierno de este país ocho años, nada menos, hoy tiene asiento en el Consejo de Estado. Como si de su paso por la vida pública hubiera podido extraer alguna experiencia aprovechable. El caso es que, guardado un luto de dos años, el que ha vuelto es Zapatero ¿a limpiar su memoria?
Por si los españoles no la tuvieran, su ministro y vicepresidente Solbes acaba de radiografiar aquella corte de aprendices de brujo que lejos de taponar las vías de agua que abrió la crisis dedicaron lo mejor de sus esfuerzos, como si la crisis no lo fuera de liquidez, a dispensar miles de euros para aceras y alcorques que nadie reclamaba, o a recetar cheques bebé.
Claro que después de su singular performance ante toda España en el debate preelectoral que sostuvo con Manuel Pizarro, aquel vicepresidente tampoco anda sobrado de autoridad moral.
En fin, volviendo al anterior secretario general de los socialistas hispanos, sólo un detalle. Hablando del problema catalán, que tanto le debe, dice en entrevista publicada este fin de semana que el problema de fondo no fue el Estatuto sino la sentencia del Constitucional, y que sería importante impedir que un estatuto votado por los ciudadanos pueda ser luego modificado por el Tribunal Constitucional.
Y preguntado por si habría que instaurar el recurso previo de inconstitucionalidad, responde: “que la ciudadanía vote un texto estatutario y luego el Constitucional pueda reformarlo me parece que esto fue un error del constituyente. Creo que el constituyente nunca pensó en esta posibilidad”.
Así se escribe la historia, o así pretende escribirla el señor que hoy se sienta en el Consejo de Estado. Seguramente no desconoce que fue su partido el que suprimió en 1985 el recurso previo de inconstitucionalidad (LO. 4/1985). Y debería conocer que tal recurso no figura en la Constitución, por lo cual malamente los constituyentes cometieron un error en ese sentido. Pero lo que probablemente no conozca, aunque debiera, es que el recurso previo fue regulado en la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional (LO. 2/1979). Cuyo artículo 79 decía:
“Uno. Son susceptibles de recurso de inconstitucionalidad, con carácter previo, los proyectos de Estatuto de Autonomía y de Leyes orgánicas. El recurso tendrá por objeto la impugnación de:
a) El texto definitivo del proyecto de Estatuto que haya de ser sometido a referéndum en el territorio de la respectiva Comunidad autónoma en el supuesto previsto por el artículo ciento cincuenta y uno coma dos, tercero de la Constitución. En los demás casos, se entenderá que es texto definitivo del Estatuto de Autonomía el que, con arreglo al apartado siguiente, se establece para los demás proyectos de Leyes orgánicas.
b) El texto definitivo del proyecto de Ley orgánica tras su tramitación en ambas Cámaras y una vez que el Congreso se haya pronunciado, en su caso, sobre las enmiendas propuestas por el Senado.
Dos…El plazo para la interposición del recurso será el de tres días desde que el texto definitivo del proyecto recurrible estuviere concluido. La interposición del recurso suspenderá automáticamente la tramitación del proyecto y el transcurso de los plazos.
Aquella Ley Orgánica, la segunda que las Cortes aprueban tras la entrada en vigor de la Constitución, fue votada en el Congreso artículo por artículo. Concretamente éste, el 79, no registró ningún voto en contra. Pero al primer gobierno socialista le molestaba, y lo suprimió a los dos años y medio de ocupar el poder. Y así el Constitucional no pudo actuar antes del referéndum catalán.
¿Por qué ocultar la realidad de las cosas? Efectivamente, el PSOE ha vuelto, o tratan de hacerlo.