Viendo los dos últimos partidos jugados por la selección nacional (SN) cabe una duda: ¿habríamos perdido también con Gibraltar, combinado de rancia solera que ayer empató en su primer encuentro internacional?
Qué demonios ha ido a hacer la SN por África seguirá siendo una pregunta sin respuesta. Cómo también lo es cuál sea el contrato de aparcería que le permite a Villar explotar como cosa suya al campeón mundial de futbol, cuestión ésta que podría ser respondida sin mayor esfuerzo aparente por el ministro de Cultura, Deportes y líos varios. Pero hay algo de lo que ni uno ni otro podrán convencer al común, y son las razones que existan para jugarse una porción no desdeñable de la marca España y perderla, poniendo en riesgo, además, a los mejores profesionales de los equipos españoles que compiten en torneos internacionales.
El carácter amistoso de la turné por tierras africanas no justifica la indolencia ni la carencia de tácticas de juego manifestadas por los otrora campeones de tantas competiciones. El espectáculo ofrecido tanto en Malabo como en Johannesburgo ha sido lamentable. Cuentan algunos forofos que la razón es tan sencilla como que a España se le dan mal los amistosos pero que la SN se supera cuando hay competición de por medio. Ya; lo veremos en unos meses, pero en cualquier caso la excusa no habla bien del espíritu deportivo de sus protagonistas. La adhesión popular a los deportes de masas, más allá de su profesionalización, tiene demasiados aspectos positivos como para cargárselos con este tipo de acciones. Y lo han hecho.
El señor Villar, que pasará a la historia como el de “la Roja”, denominación que nos confunde con un montón de selecciones desde Chile hasta Gibraltar, jugó en su juventud en el Athletic bilbaíno, en la SN y hasta de la selección del País Vasco. Desde hace veinticinco años preside la RFEF; sí, desde 1988, cuando Rubalcaba era secretario de Estado de Educación y un año antes de que Rajoy entrara en el Congreso. Pero además es vicepresidente de la FIFA y de la UEFA también. ¿Nada pudo oponer a la pretensión de la colonia británica de participar en torneos internacionales como un miembro más de la UEFA? Por los resultados no parece que le pusiera empeño suficiente, y ahí tienen a Gibraltar jugando ayer mismo en Faro contra Eslovaquia… porque no tiene ni estadio para ello.
Después de haber consentido que Gibraltar tenga una selección en la UEFA -¿de dónde seleccionarán?- sería interesante conocer los argumentos que pudiera oponer nuestro hombre en el fútbol mundial a que Cataluña acabe jugando contra los del peñón… Veinticinco años es mucho, para todo; problemas a cientos con el Tribunal de Cuentas, con los colegios arbitrales, con los clubs… pero ahí sigue Villar haciendo y deshaciendo, como Joan Maragall decía de la sardana, “la dansa més bella de totes les danses que es fan i es desfan”.