Esperanza Aguirre es uno de los pocos animales políticos capaces de saltarse a la torera el mandato imperativo que los partidos ejercen, pese a la prohibición expresa de la Constitución, sobre sus parlamentarios y altos cargos. Aguirre dice de vez en cuando no tanto lo que le viene en gana como lo que intuye que la tropa desearía oír. Quizá por dar esa satisfacción es por lo que dice lo que dice. O al revés, quién sabe.
El caso es que de vez en cuando sus prontos verbales destapan derivadas tal vez no buscadas, o tal vez sí, quién sabe. Como ayer, cuando aseveró que “todos los militantes están conmigo” en eso de que su partido se adelante a la justicia y destape todo lo que haya de podredumbre. Y seguramente tiene razón, salvando el matiz de que los militantes que no deberían serlo quizá no estén tan de acuerdo con el destape de sus vergüenzas.
Pero entre plantarse como el referente de la operación limpieza -todos los militantes están conmigo…- o hacerse solidaria con lo que la mayoría pueda pensar –los militantes queremos…- hay un matiz no despreciable.
Tampoco era de matices la baronesa Thatcher, la dama de hierro británica que lideró la derecha del Reino Unido con una política de rompe y rasga y guerra al otro, sean sindicalistas o dictadores argentinos. Gobernar, gobernó y nada menos que once años durante los cuales el PIB creció más del 23%, el doble que los gastos gubernamentales. Fue heroína nacional, cierto es, tan cierto como que terminó más sola que los de Tudela tras las fiestas de Santa Ana.
Tal vez Aguirre esté en esa onda; cuajo no le falta. Pero de lealtades quizá no ande sobrada. Como el refrán dice se recoge lo que se siembra, y manifestaciones como la que acaba de hacer prenden en el ánimo colectivo de sus compañeros de partido y su sentido no se olvida.
Entre el todos están conmigo… y el estamos todos… más que un matiz tal vez haya la expresión de una voluntad decidida a volver a la política activa de la que se apartó hace un año. O no. Quién sabe los sustos que pueda deparar en su hacienda madrileña la operación limpieza que reclama con alcance nacional.