De vez en cuando el paso del tiempo resuelve situaciones por intrincadas que parezcan. No es frecuente, pero puede ocurrir. Hoy, la renuncia del consejero delegado del Santander ha resuelto la papeleta que el Gobierno traspasó al consejo del Banco de España con un decreto sobre la honorabilidad de los banqueros. Alfredo Sáenz se ha adelantado y el Banco de España ya no tiene nada que decir sobre su permanencia al frente del primer grupo financiero español.
Y como la cosa más natural del mundo, business as usual, su presidente Botín ha pasado los trastos a una nueva generación, la de los nacidos en la segunda mitad de los años 60. El nuevo primer ejecutivo, Javier Marín, tiene un cuarto de siglo menos que el hombre que hasta el fin de semana último venía sentándose en su flamante despacho. Justamente en esa misma semana anterior, otro ejecutivo de 46 años, Javier San Félix, se hacía cargo de la llamada División América. Un relevo generacional tutelado por la experiencia de quien la tiene, y sabe, como apuntaba Sun Tzu, que “un ejército no tiene formación constante, como el agua tampoco la tiene, y la victoria depende de la capacidad de cambiar y adaptarse”… a los nuevos tiempos.
Como ayer decíamos aquí hablando del Gobierno –As Time Goes By–, para que algo importante suceda no basta con sentarse a la espera del paso del tiempo. El país está necesitado de profundas renovaciones, más de lo que suponen quienes tienen en su mano la manija para fomentarlas. Son demasiados los ámbitos aquejados de una esclerosis producida por la rutina de aquellos años de vino y rosas en los que algunos hablaban del final de los ciclos, de la perpetua bonanza.
La política se está deshilachando víctima de un egotismo paralizante; el mundo de la empresa carece de la fuerza necesaria para responder a las necesidades del país; pocas son las organizaciones sociales que muestran la vitalidad propia de una sociedad libre. Hasta la Iglesia requiere de la puesta al día que preconiza su papa Francisco. ¿Por qué no aprovechar la crisis para ajustar los relojes a nuevos tiempos?