El fiscal general de los Estados Unidos, el equivalente a nuestro ministro de Justicia, ha presentado una demanda civil contra la conocida agencia de calificación Standard and Poor’s. La noticia provoca una cochina envidia; envidia de los norteamericanos. Tendrán millones de fusiles y revólveres en sus casas, se volverán locos con el béisbol y no sabrán nada de toros, pero sí saben ser serios.
Dar el alto a quienes tienen en sus manos, con un simple informe, la ruina de inversores, de despedidos por el cierre de empresas y hasta el hundimiento de todo un país, revela coraje y la voluntad política de desterrar la corrupción. Es la forma más eficaz de decir “hasta aquí hemos llegado”, llevando ante el juez a los defraudadores.
S&P y su matriz, McGraw-Hill son acusadas de crear un sistema para engañar a los inversores, calificando de seguros instrumentos financieros que en absoluto lo son. Y denuncia la demanda que presumen de la independencia de sus informes cuando están influenciados por el emisor financiero que contrata sus servicios. Dicho de otra forma, conflicto de intereses y un objetivo: incrementar su cuota de mercado y beneficios, 5.000 millones de dólares calcula la fiscalía que produjo el juego sucio.
¿Alguien se preocupa aquí de los conflictos de intereses que, por ejemplo, pueda haber entre administradores y administrados? Así pasa lo que nos pasa. Un día este país tomará conciencia de que la corrupción es cosa de dos, como el tango. Sin corruptor no hay corrompido, y viceversa.
Naturalmente la compañía que tantos dolores de cabeza da bajando sus calificaciones aquí para que el dinero vaya allá, ha dicho que no hay razón legal para meterse con ella. Su matriz presume de estar volcada a cubrir tres necesidades: necesidad de capital, necesidad de conocimiento y necesidad de transparencia. Pero la justicia dirá lo que corresponda, y no dentro de ocho años como aquí viene ocurriendo.
¿Se imaginan ocho años más de Bárcenas, El País, Pujol, Blanco, los ERE’s y demás implicados en nuestros episodios nacionales?