Ya es sabido que no conviene generalizar; no sería justo, por ejemplo, decir que los políticos han devenido en algo perfectamente inútil cuando no nocivo. Efectivamente. Pero visto lo que se ve, y oído lo que dicen, cada vez queda menos espacio para la comprensión e indulgencia.
De los nacionalistas catalanes está dicho casi todo. Como no pueden gasear a los que no lo son, pretenden eludir sus responsabilidades cargando sobre el resto del país la culpa de su mal hacer. ¿Se dan cuenta de que todo se reduce a la pela? Independencia, estado propio, bancos, instituciones, etc. para manejar nuestras pelas. Sin ánimo de generalizar, digamos que a una parte de la burguesía barcelonesa, tan tradicional que se han quedado en provinciana, acompañada por botiguers venidos a menos, católicos de Montserrat, payeses de la ceba y socialistas despistados les ha dado por secundar la quimera de Mas, Durán y Pujol, entre otros incapaces de decir lo que pasó.
De contar cómo fue lo del tripartito aquel en que socialistas, separatistas y comunistas de verde hundieron para muchos años la economía de la región; apuntillaron el futuro de los escolares víctimas de un sistema implantado por… los mismos que hoy gobiernan… En fin, qué decir de unos políticos que prohíben la fiesta de los toros, la llamada nacional en el conjunto del país mientras en sus feudos fomentan barbaridades como los correbous, embolats, capllaçats o la variante del encierro al revés en la que el toro acaba arrojándose al mar, harto de la persecución de la brava muchachada tarraconense.
Bueno, pues para arreglar el problema al líder de la oposición no se le ocurre otra idea distinta de cambiar la Constitución para hacer de España un Estado Federal. Como si lo importante fuera el Estado y no la propia España.
¿Será posible que piense que así quedarían satisfechos quienes dicen querer ser un Estado Libre Asociado, como Puerto Rico, y no formar parte de una Federación, como Minnesota o Kansas, por ejemplo? (Entre paréntesis, ¿sabrán Más y su gente de qué vive Puerto Rico y cómo?) Si Rubalcaba piensa eso –ayer se lo dictaba el presidente de su diario amigo- esto se pone peor de lo que cabría pensar.
El equilibrio de poderes que nos ha permitido llegar hasta aquí se diseñó dando por supuesto que dos grandes partidos nacionales, uno desde cada orilla, mantendrían el tinglado en pié. Ese fue el gran pacto constitucional, más allá de si Carrillo se puso la bandera rojo y gualda. De sus herederos cualquier cosa cabía esperar, evidentemente, pero si uno de los dos mayoritarios se llama andana, apaga y vámonos.
Pretender retener un puñado de votos en las elecciones que celebrarán este trimestre las tres comunidades llamadas históricas –que ya es llamar-, resulta lamentable. Menuda tropa.
O que ganado ! Que diría mi madre