Han hecho más por el buen nombre de este país que todas las fundaciones, asociaciones y corporaciones unidas. Los integrantes de la selección nacional han mostrado la mejor cara de España. Como deportistas y como personas. Más allá del juego, del talento para trenzar una malla con la que anular las iniciativas del adversario, de una capacidad de entrega física sin igual, está la humanidad con que estos tipos se han manifestado. Saber ganar es tan difícil o más que el saber perder, aunque nadie lo diría viéndoles con la victoria encima.
El pasillo que hicieron a los perdedores pasará a la historia; puede ser un precedente para que el futuro tenga claro que el valor no quita la cortesía. Y el juego con sus pequeños en el césped del estadio ucraniano, rodeados de confeti, el calor de los hinchas y bajo la cascada de fuegos artificiales demostraba a quien quisiera ver que en el deporte, incluso el profesional, hay cosas más allá del balón y la portería contraria.
La última semana de junio ha sido una especie de semana grande dentro de la tempestad. Lo conseguido en la cumbre europea puede ser el comienzo de una senda mejor. No habrán de faltar incordios en el camino; el martillo siempre acaba dando en el clavo que sobresale. Ni la envidia de quienes desearían tener lo que nosotros hemos alcanzado. Como la que no podían reprimir los contertulios de un programa de una televisión pública francesa que en la noche del domingo, comentando la final de la Eurocopa, pronunciaron más de veinte veces la palabra doping.
Envidia como la que parece haber consumido a quienes aún caliente la satisfacción de la inmensa mayoría tras el triunfo del equipo nacional han puesto lo peor de sí mismos para reclamar a los vencedores que renuncien a los laureles, al premio de la UEFA conseguido frente al resto de los europeos. “Esos euros, a las ONGs”. Y se quedan tan anchos.
O el imbécil que tilda de mercenarios por jugar en la Selección nacional a los jugadores de la plantilla del Barça, caso de su ex vicepresidente, un tal Godall.
Esa es una de las cruces de España, las que hacen tan costosa de construir y preservar una marca respetable ante el mundo. La envidia, algo tan nuestro que como decía Borges, cuando un español quiere ensalzar algo dice que es envidiable. Como la pereza de quienes esperan que del cielo les llueva un puesto de trabajo, las medicinas gratis, los libros gratis, las autopistas gratis, todo gratis total. No es de uso común el principio de que “el que lo usa, lo paga”.
El mérito no goza de demasiado aprecio en nuestra sociedad, de ahí que el premio sea poco respetado. Pero, en fin, todo ello ha quedado por el momento sepultado por una ola de satisfacción, porque el fútbol no es el único juego que se dirime en los estadios. Y si no, que le pregunten al alcalde de Barcelona por qué impidió la instalación de pantallas para ver la Eurocopa en las plazas para solaz del personal; ni llamándola “la Roja” cuela. Qué se le va a hacer. Bobaducas frente a lo conseguido a lo largo y ancho del país por el marqués del Bosque, Casillas, Arbeloa, Piqué, Ramos, Alba, Xavi. Xabi, Busquets, Iniesta, Silva, Fábregas, Torres, Mata, Pedro….y tantos más.
Federico: magnifico tu articulo. Bueno , como siempre
yA LO AVISE Y ESCRIBÍ EN ESTA WEB ITALIA YA HA JUGADO SUGRAN PARTIDO ELIMINANDO A ALEMANIA, AHORA VIENE LA «VENDETTA» DE E LA ROJA SOBRE LA «SCUADRA AZURRA». LO QUE NO ME ATREVÍ FUE A APOSTAR EN BWIN.COM POR EL 4-0, JUGUÉ AL 1-0 EN LA PRORROGA.ME HABÍA CONVENCIDO ANTÓNIO, EL CHEEF DE COCINA DEL CLUB GUISANDO, DODNE LOS VIERNES NOS REUNIMOS UN GRUPO DE AMIGOS A COMER Y JUGAR AL NOBLE DE PORTE DEL MUS. NOS JUGAMOS LA COMIDA Y LA COPITA. PRIMEROAL MEJOR DE CINCO , VALE EL 3-0. Y DESPUÉS SE COMPITE POR LA COPITA, LOS QUE ESTAMOS A LEY SECA TOMATE MUY PREPARADO QUE DA CASÍ EL MISMO PELLIZCO QUE UN BUEN BALLANTINES. EN FIN, SIEMPRE CAE UN CHUPITO QUE REGALA DOÑA MARÍA.