Dice la encuesta del diario amigo de Rubalcaba que la crisis le cuesta más caro a la oposición que al gobierno. Es un dato como para que Rubalcaba se lo pensara dos veces antes de decir cuanto dice o de no ponerse a hacer lo que hay que hacer. El arrebato de que fue víctima este domingo agosteño durante el cierre del congreso de sus huestes andaluzas es un buen ejemplo del por qué de su penosa situación en el espectro de la opinión pública nacional.
Parece como si le importara un pepino la dimensión del problema que tenemos delante; el socavón abierto por tantos durante los cuatro últimos años y que con tanto esmero como discreción trataron de ocultar los suyos. Y no sólo el económico, que tal vez sea de peor remedio el otro, el de las costumbres, el de la cultura de los derechos sin obligaciones, del ande yo caliente… y del pozo sin fondo de los recursos públicos. Para todo ello, datos, meros datos y no subjetivas apreciaciones, no hay manos suficientes en el Gobierno, por mucha mayoría de que pudiera sentirse asistido. ¿Es que no cae en todo ello el exvicepresidente?
Pero además de los propios, nos llueven problemas de fuera; los gobiernos finés y holandés oponiéndose a lo concertado en la última eurocumbre, y hasta los socialdemócratas teutones, como si a la Merkel le hiciera falta añadirle lastre… ¿Acaso el socialista hispano no anunció –otro dato- que iba a hablar con sus conmilitones europeos para allanar los objetivos nacionales pactados con los populares ante la cumbre de Bruselas?
Cuando el personal encuestado dice que se fía menos del cántabro que del gallego, pese a que éste no haya destacado por su previsibilidad tras instalarse en La Moncloa, ni por contundencia a la hora de actuar, ni por contar de una vez toda la verdad, etc., es que a aquél le han descubierto los trucos. Ni la totalidad de sus votantes le creen cuando ofrece consenso con el adversario o integración dentro del propio partido. Otro dato. Los principales beneficiarios de la hemorragia de votos socialistas, Cayo Lara y la srta. Pepis, callan benevolentes, ellos a lo suyo.
Mientras el común se hace cruces con lo que le podría haberle caído a este país si hace cinco meses se hubiera alzado con la secretaría general del PSOE la sra. Chacón. No hay dato que avale que todo podría ser mucho peor, ni lo contrario tampoco. Salvo la llamada ley de E. Murphy revisada por su hijo Robert: “Si hay más de una forma de hacer las cosas y una de ellas culminara en desastre, alguien lo hará de esa manera”.
Joder fede: cada día te superas a ti mismo. ¡Qué mérito! Se te da especialmente bien darle leña al mono, que es de goma!.
Este breve comentario, es muy personal, por eso he borrado mis comentarios en FACEBOOK.