Parece cosa del pasado, lo de las cuentas bien hechas. Incluso cabe pensar que tampoco en el pasado lo estaban aunque luciera lo contrario. El caso es que el desbarajuste actual alcanza niveles incompatibles con la respetabilidad de cualquier administración.
Las prisas suelen ser malas consejeras; el refranero lo dice de mil formas que parecen no haber calado en la consciencia de nuestros valerosos ajustadores. Sabiendo lo que tienen por debajo no resulta fácil comprender a qué vienen tantas prisas por cerrar cuentas aparentemente finales que vuelve a abrirse al cabo de semanas, incluso en singular, de una semana, mostrando que las cosas están aún peor.
El interés por aclarar el estado real de la situación, los balances bancarios, por ejemplo, o las cuentas de las Comunidades, es loable e incluso urgente; demasiados frentes lo exigen, mercados, bancos centrales, los socios europeos… hasta los chinos, pero ¿no van acumulándose demasiadas rectificaciones como para que una negra marea de dudas arruine nuestra aperreada credibilidad?
Por cierto, ¿qué o a quién está esperando el gobernador del Banco de España para disculparse, renunciar y permitir que los dos próximos meses, los que quedan de su mandato, no sigan siendo un tiempo perdido en eso de hacer bien las cuentas?
Dicen que Rato sintió el frío de la puntilla ante la nota del FMI que pedía un cambio de equipo en Bankia; extraño resulta que Fernández Ordóñez siga tan campante después de que el Eurogrupo pidiera al Gobierno español que una inspección independiente, y extranjera mejor, se encargue del trabajo que compete al Banco nacional que él dirige. El ministro de Guindos trató de suavizar el trago pidiendo al Banco Central Europeo que colaborase con el de España en la evaluación de las carteras crediticias españolas. Pero de momento Goldman revisará Bankia y el lunes sabremos qué otras dos entidades foráneas se meterán en las tripas del resto del sistema.
Eso sí, mientras tanto la oposición se divierte queriendo abrir una comisión parlamentaria para saber qué pasó en Bankia. Como si no estuviera claro…