A Pérez Rubalcaba y las suyas debe de resultarles difícil dejar de salir por peteneras. Visto lo que dejaron, y al país cómo lo dejaron, es natural que se hagan cruces ante el hecho, un ejemplo, de que los abortos en Aragón podrían dejar de ser gratis, al parecer última trinchera perdida en el asalto al estado de bienestar que los populares vienen perpetrando. Hacer de ello cuestión de Estado quizá sea un tanto exagerado pero, en fin, es lo que trae haber reducido el Estado a esos niveles y a la incuria cultivada con primor durante los años pasados al abrigo del Gobierno, años sin leer ni escuchar otra cosa que la prensa y radio amigas, y al final de la jornada adormecerse con la televisión nacional.
Del aborto pasaremos mañana a la RTVE, siguiente línea de resistencia frente a los tics autoritarios que Rubalcaba percibe en el PP desde que los de Rajoy ganaron la mayoría. Ayer salió por ese registro. Los tics autoritarios…
¿Habrá en el mundo alguna cadena estatal de televisión en que los sindicatos socialista y comunista sean las estrellas invitadas principales? En las democracias parlamentarias o presidencialistas, no parece probable. Y menos aún en las repúblicas bolivarianas, donde el compañero sindicalista no tiene mas que seguir la consigna del mando, como aquí hacían los sindicatos verticales del franquismo.
El caso es que no hay noticia procedente del Ejecutivo que no amerite el consiguiente vapuleo a cargo de Fernández Toxo y Méndez. Por qué han de aparecer siempre emparejados, como Tip y Coll o los Hermanos Calatrava, nadie lo ha explicado; será cosa de celos. O de reparto de cuotas de poder en el seno de la casa. El caso es que no hay día sin el comentario de la pareja para denunciar el fin del estado de bienestar a manos de estos neoliberales que llevan el país a la ruina.
Socialistas y comunistas son sumados a la pareja sindicalista para contestar las decisiones del gobierno como se merecen. Lejos de aclarar algo todo queda en negro; “con estos no hay salida”. Cualificados expertos independientes ¿para qué?, si de lo que se trata es ir horadando las mentes como la tortura malaya, gota a gota y día a día: la derecha es reaccionaria como el último mohicano, está haciendo otra transición política porque no le gusta la de los años 70, es neoliberal –cosa que nadie sabe lo que es pero que esgrimida como insulto…- y demás flores. Esa es la profesionalidad e independencia que peligran ante los tics autoritarios descubiertos por Rubalcaba.
La consigna metódicamente seguida de “Al enemigo, oscuridad” sumada a la contrastada incapacidad de los populares para explicarse tiene al personal sumido en una penosa cinetosis, como el mal de mar. Pocas sensaciones más agobiantes que la del mareo al volver a pisar tierra firme tras una complicada aventura marítima. O en el parque de atracciones, al salir de la montaña rusa. O la resaca de los días de vino y rosas que propiciaron los fastos del socialismo posmoderno. Síntomas todos ellos que se manifiestan en el embotamiento de una parte de la sociedad para adecuarse a la realidad; la reaccionaria resistencia a los cambios.