Predicaba anoche en TVE el secretario general de Comisiones cuando llegó la noticia de la nueva exigencia sobre el techo de déficit que la UE acababa de imponer a España. El 5,8% que Rajoy anunció unilateralmente la semana pasada habrá de quedar en un 5,3%. Esas cinco décimas significan, más o menos, un recorte adicional de 5.000 millones en el déficit de nuestras cuentas públicas. Es decir, habrá que cortar más gastos y obtener más ingresos para cuadrar las nuevas cuentas; en plena recesión y con el vecindario deprimido, que tampoco está para comprarnos demasiado . Pues a Fernández Toxo parece que le importó un rábano. Ni un comentario; la huelga sigue adelante, cueste lo que nos cueste… ¿será por dinero?
Sus explicaciones sobre por qué convocan la huelga formaban un cúmulo de sin razones, eso sí dicho en ese tono de moderación formal que acostumbra. De entre la hojarasca de eslóganes y tópicos ya conocidos, una cosa dejó bien clara: que la reforma laboral atenta contra los intereses de las organizaciones sindicales porque libera a las pequeñas empresas de la disciplina de los convenios colectivos.
Poderosa razón para llamar a huelga. Quizá no lo pretendiera pero así quedó, incluso con la advertencia de que las cosas irían a peor si ello se consumara. Cayó en cuenta de la trascendencia de la amenaza y enseguida matizó que irían a peor… para los trabajadores indefensos.
En fin, en esas estábamos, sorprendidos por su capacidad para cobrarse las piezas que le ponían en suerte, cuando se interrumpió la entrevista para anunciar la decisión de los ministros de finanzas del Eurogrupo. Ante un hecho de esa trascendencia cualquier responsable social haría un alto en su discurso para repensar la situación. Si la huelga en sí ya es un desatino sin soporte lógico en las circunstancias en que estamos, a los sindicatos subvencionados con nuestros impuestos parece importarles nada que ahora su coste sea aún mayor, y que la imagen que en el exterior produzcan las protestas ponga en riesgo las inversiones que parecen volver.
Puestos a que cada palo aguante su vela, que en eso estamos, ¿por qué no revisar las múltiples subvenciones estatales a los sindicatos? Podrían aportar hasta un cinco por ciento de ese esfuerzo adicional de 5.000 millones que anoche nos impusieron. Menos es nada y, sobre todo, estas burocracias elefantiásicas que sólo representan a un exiguo 12% de los trabajadores volverían a hacer algo positivo para el conjunto del país.
Si , pero los sindicatos están para crear presión y para vivir del resto del rebaño.Liberados sindicales que no han trabajado en la vida se atreven a decir que la huelga es para que no les quiten el empleo, ¿A quien? esta claro. Ellos con sus sueldazos, les importa un pito, los trabajadores, el paro y demás. Hace cuatro meses el país según ellos no estaba para huelgas, ja ja ahora si.¡Que trabajen coño, que ya es hora!.