Algo bueno ocurre cuando los inversores parecen prestar más atención a los anuncios del Gobierno que a los dictados de las agencias de calificación. El Tesoro sigue colocando papel y a coste cada día menor, lo cual es bueno para el país. Si sindicatos y patronal hubieran ofrecido una muestra de responsabilidad más generosa que su pacífico desencuentro, quizá hubiera sido aún mejor para el país. Pero no hay más cera que la que arde, y por ese lado sólo cabe la esperanza de que no pongan pies en pared cuando el Gobierno dicte lo que ellos no alcanzaron a consensuar.
Como sería bueno para el país que los dos candidatos a manejar el timón de la nave socialista pasaran de las frases para el titular de prensa a expresar alguna idea sobre el partido que aspiran a situar en la oposición durante los próximos años. Chacón tiene una frase para cada día, Rubalcaba un día para cada frase. El de ayer sirvió al cántabro para recordar que lo del PP viene de la derecha franquista, aprovechando su visita a la familia Fraga, mientras la aspirante catalana ensayaba eso tan bonito de que democracia no es contar militantes sino que los militantes cuenten. Acabará alimentando los diccionarios de citas, al tiempo.
Cuentan que Rajoy se llevó un rapapolvo –no me dijiste eso cuando decidimos casarnos…– le habría espetado su santa por la apostilla que añadió al negar posibles subidas de impuestos, aquello de que “… también tengo que decirle que en la vida nada es para siempre”.
De no haber estado compartiendo conferencia de prensa con el Jefe de Estado francés, el del Gobierno español podría haber sido más explícito hablando de las sorpresas que deparó aquel tildado de ejemplar traspaso de poderes de hace cosa de un mes. A falta de mayores datos sobre las últimas voluntades de los salientes en forma de subvenciones y otras sinecuras para las amistades, con lo sabido tenemos bastante para agradecer a la ciudadanía que el 20-N votara como lo hizo. ¿Se imaginan dónde y cómo estaríamos de haber seguido en aquellas manos?
Y las cosas aún pueden marchar mejor, porque llegará el día en que los jueces estrella puedan ser juzgados sin que a la puerta del tribunal se acaloren los sospechosos habituales, que decía Renault, el cínico comisario al que daba vida Claude Rains en la Casablanca de Curtiz. Incluso podría llegar a ocurrir que el Real Madrid gane al Barça esta noche en el Bernabéu, la eliminatoria de la copa, luego la liga…