El manifiesto “Mucho PSOE por hacer” con el que Carmen Chacón avanzaba su candidatura a la secretaría general del partido, en 48 horas ha sido replicado: “Yo sí estuve allí”. Veintiún altos cargos de los dos últimos gobiernos socialistas recriminan que la llamada niña bonita de Zapatero en horas veinticuatro abominara de su reciente pasado.
“Porque no sería decoroso que quien estuvo allí de manera evidente, y cabe decir entusiasta, aspirase ahora a sugerir lo contrario. Por eso, los abajo firmantes manifestamos que “sí estuvimos allí”. Menos guapa, le llaman pues de todo. Eso sí, este segundo manifiesto, que pese a su brevedad menciona siete veces al expresidente, no lleva la firma de Rubalcaba. Quizá porque no corresponda; no hay ex ministros, el listón se ha quedado en los secretarios de Estado.
Parece que dejado atrás el Gobierno, se han abierto las hostilidades. De momento las armas de uno y otro bando son desiguales, o eso podría pensar quien atribuya más poder al diario felipista, donde hoy se publica el alegato anti Chacón, que al difuso mundo de Internet por el que fue distribuido el de la pretendiente catalana quien, por cierto, ayer dio su última voz de mando a la tropa formada a la entrada de Defensa con un “Viva España”, brindado quizá a Pepe Bono.
El manchego expresidente del Congreso pudo recordar aquel “París bien vale una misa” con el que el calvinista Enrique IV y III de Navarra se excusó por abandonar su fe para acceder al trono francés. Pero, en fin, esa es otra historia…
Con ambos manifiestos queda expuesta sobre la mesa esa especie de esquizofrenia, bipolaridad o simplemente corazón partido, como canta el Cigala, que aqueja a la organización socialista. Los dos papeles pueden ser asumidos por la mayoría, porque la mayoría está tan de acuerdo con que peor no se pudo hacer, como con que fuimos nosotros mismos quienes así lo hicimos, o en todo caso permitimos.
La situación parece abocada a la aparición de nuevas soluciones, terceras o cuartas vías capaces de desenredar la madeja liada por tanta ocurrencia. ¿Dónde estuvo el partido durante los últimos años? Ahora tal vez la intemperie avive el ingenio. Y ojala la responsabilidad.