Los ciudadanos pueden comprender muchas cosas, tenemos saciada nuestra capacidad de asombro, pero no lo suficiente como para no echarnos las manos a la cabeza al leer que el presidente del gobierno en funciones viajará a Doha, Catar, del 13 al 15 de diciembre para asistir al IV Foro de la Alianza de Civilizaciones. Hombre, no. Con mi dinero, no.
Dos planes nacionales se han sucedido para regular tan histórica ambición. Su lectura en los BOE resulta apasionante. Fundaciones, Observatorios, Foros, Seminarios, Encuentros, Misiones, diplomáticos y por si algo faltara, su inclusión entre los proyectos nacionales de I+D+i.
Eso sí, si usted estuviera interesado en conocer cuántos euros ha dedicado nuestro país a tan noble tarea puede perder media vida repasando los presupuestos de ministerio en ministerio, comunidades autónomas y ayuntamientos, instituciones de diverso pelaje –reales institutos, universidades-, en fin, por doquier y no llegará a saber si han sido quince, veinte o setenta los millones de euros que han alimentado a tantos y de tan poco han servido, con cargo al déficit nacional.
La ocurrencia fue lanzada por Rodríguez Zapatero en su estreno ante la Asamblea General de Naciones Unidas, septiembre de 2004. Hacía dos meses que había desalojado de Irak el pequeño contingente militar enviado por España tras la caída del dictador; y cuatro de la masacre del 11-M en los trenes de cercanías de Madrid. Como el tango es cosa de dos se buscó la compañía de un colega, el turco Erdogan, y el coreano Ban Ki-moon puso el bandoneón; de dinero, nada. Eso sí, enseguida se nombró un Alto Representante, cómo no, responsabilidad que recayó en el ex presidente brasileño J. Sampaio.
El personaje que se está yendo de la Moncloa desde hace cinco meses ya, aún le queda uno más, parece estar redactando con sumo cuidado su perfil para la wikipedia; no más de cinco párrafos, pero coherentes; siempre mostrando su infinita ansia de paz. Sería irónico que lo que comenzó con la alianza de civilizaciones terminara con el escudo antimisiles en Rota. No; él tiene que volver a la alianza para terminar como comenzó.
Lástima que no pueda hacer lo mismo con la situación económica en que deja al país.