¿Qué está esperando Zapatero para convocar ya las elecciones? Sólo veo una respuesta comprensible: la declaración de los terroristas vascos anunciando su rendición, entrega de armamento y puesta a disposición de la justicia incluidas.
Podría ser la última baza de un gobierno que ciertamente ha reunido méritos para alcanzar tal objetivo, y sigue haciéndolo hasta el día de hoy con la colaboración de la físcalía y algunos miembros de la judicatura. En ese afán ha tocado todos los palos, con la ley y contra la ley, caso del chivatazo del caso Faisán que el juez ha llegado a calificar de cooperación con el terrorismo, siendo el ministro responsable el candidato socialista a las elecciones próximas. A él coresponde realmente marcar los tiempos; cuando Rubalcaba pierda las esperanzas en la existencia de ese clavo ardiendo que para sus aspiraciones sería la rendición de ETA, dirá a Zapatero que convoque a las urnas.
El clamor para pasar página y cambiar el Gobierno es demasiado fuerte como para ser ignorado. Tal y como aquí aventuramos la cúpula empresarial ha terminado por apuntarse a la necesidad del relevo inmediato. A su rebufo el portavoz de los nacionalistas catalanes ha especulado con la moción de censura. Previamente fueron los propios compañeros de partido quienes advirtieron al presidente de la conveniencia de no demorar las elecciones, porque cuanto más tarde, peor. Felipe González apuntilló con aquello de que se morirá siendo socialista pero que ya no simpatiza con el partido. Y en esas estábamos cuando el primer grupo de comunicación pidió la dimisión urgente, y su presidente un calendario creible para el fin de partida.
Frente a todo esto, ¿qué otra razón de peso, distinta de la apuntada, puede asistir a Zapatero para mantenerse en sus trece?
Continuaremos con este análisis en los próximos días.