Y si no los hay, los importamos. Es sabido que las crisis acentúan los juicios y comportamientos más radicales, extraños en tiempos de bonanza. No hay más que asomarse a los periódicos de cada día y sobremanera en los fines de semana donde, quizá para llenar suplementos y otras páginas especiales, se agavillan subproductos merecedores de más discretos destinos.
Hasta en medios tenidos por serios proliferan los insultos, algo difícil de digerir por el lector en busca de opiniones solventes, y no digamos ya para quien trata de hallar en sus páginas mera información. Y así van avivando el grado de encrespamiento de una sociedad cada vez peor conectada con la realidad porque los instrumentos con que cuenta para ello están dedicados a otros menesteres. Continue Reading ▶