Rivera, qual piuma al vento

Sin palabras

El centro a dos manos

Tantas idas y venidas, amores y celos… el chico del cartel de Ciudadanos hace rememorar aquellos versos que Piave escribió a petición de Verdi para resaltar el papel del tenor en Rigoletto, ópera protagonizada por barítono. Semanas antes de su estreno en Venecia así nació La donna è mobile, una de las arias más populares en el mundo operístico. El libertino duque de Mantua se mofa de la mujer voluble como pluma al viento y avisa: È sempre misero chi a lei s’affida, pobre del que se fía de ella…

Pues eso, ¿no quedó así retratado Rivera cuando en menos de veinticuatro horas cambió ayer del no al sí para terminar absteniéndose en la convalidación del decreto gubernamental sobre el monopolio de la estiba?

El joven aspirante a centrista está que le comen los celos. Torció su brazo hace seis meses para permitir la investidura de un Gobierno que ya llevaba ganadas tres elecciones sucesivas, pero no quiso comprometerse más allá participando en ese Gobierno. Redujo su responsabilidad a la propuesta y firma de un papel con centenar y medio de compromisos, como meses antes lo había hecho con la frustrada intentona de aquel PSOE de Sánchez.

Con tan débil soporte, y acuciado por empresas de mayor calado, Rajoy negoció con otras fuerzas políticas, comenzando por los socialistas, mayoritarios dentro de la oposición, tanto parlamentaria como, y sobre todo, socialmente.

Estallaron los celos; nos haremos valer; leña al mono hasta que hable. Y para marcar centrismo, un infantiloide doble juego: guante de seda en el parlamento andaluz, puño de hierro en la asamblea madrileña.

Todo, desde su nacimiento, está supeditado a la imagen; para presumir de limpieza se mostró en pelota picada en su primer cartel electoral. Para distanciarse de su socio preferente se descorbata; moderno sin llegar a lo cutre, que ese es territorio de los de Iglesias.

Y ayer, la guinda: la no tramitación del proyecto exigido por la UE nos costará a los españoles, además de la sanción pendiente de 23 millones, 134.000 euros diarios más hasta que se aplique la sentencia de hace dos años y medio del Tribunal de Justicia de la UE.

La cosa va ni más ni menos que de desmotar el monopolio establecido por el régimen franquista, en virtud del cual seis mil estibadores no permiten que los operadores de los puertos contraten libremente lo que necesiten. El gremio, que se renueva de padres a hijos, impide, entre otras cosas, la creación de 18.000 nuevos puestos de trabajo en un sector que ganaría competitividad, abarataría costes y por lo tanto los precios, etc.

Por ello resulta un sarcasmo ver como Iglesias y sus descamisados aplaudían ayer en el Congreso a los llamados sindicalistas del monopolio franquista asomados a las tribunas.

Y qué decir de la abstención de los chicos de Rivera. Dentro de las 150 medidas que para apoyar la formación de un gobierno hicieron firmar a los populares, un extenso epígrafe trata de la “Competencia y eficiencia en los mercados de bienes y servicios”. Comienza de la siguiente guisa: “Es fundamental que los mercados de bienes y servicios cumplan de la forma más eficiente la labor de asignación que desempeñan en la sociedad, satisfaciendo las demandas de los consumidores y vigilando la competitividad de nuestro sistema productivo.”

…”qual piuma al vento, muta d’accento e di pensiero”.

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Posted jueves, marzo 16th, 2017 under Política.

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